El té Puerh viene del conocido triángulo dorado: sur de China y norte de Vietnam, Tailandia y Birmania. En esta zona podemos encontrar numerosos árboles de té en estado salvaje, la gran mayoría plantados por el hombre.

El descubrimiento del té se les atribuye a los chinos por tener y difundir una cultura del té muy amplia. Además, en Yunnan, se encuentra el árbol más antiguo -3.200 años- de Camelia Sinensis Assámica (es de ahí de donde viene el Puerh). Se dice que este árbol fue plantado por alguien, lo que nos indica que el consumo del té es todavía más ancestral.

Consumo y preparación 

Las diferentes etnias de la zona empezaron consumiendo la hoja fresca. No sabían como conservarla hasta que fueron experimentando. La solución la encontraron poniendo las hojas en el wok y removiendo de vez en cuando para no quemarlas. Para extraer el sabor de la hoja, las colocaban en bandejas de bambú entretejidas, de superficie rugosa. Así las presionaban ligeramente de forma circular para darles también una forma bonita. A continuación, secaban las hojas al sol de forma muy sencilla para consumo propio.

Así es como lo siguen haciendo en las montañas y aunque el nombre del té puede variar según la zona, es exactamente el mismo. Este es un proceso súper básico y sencillo de elaboración. Es el llamado “sheng Puerh”, un té muy crudo (raw), muy natural, muy salvaje, que para ellos es un té verde, un Puerh verde. Su sabor es fuertemente vegetal, muy básico, a pasto, con notas muy frescas y amargo. Así es como empezó a consumirse este té, sin ningún proceso de fermentación.

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